“Es difícil olvidarte” (Chan+Kai fanfic) Capítulo 2

Título: Es difícil olvidarte
Fandom: EXO
Personajes: Chanyeol, Kai y Sehun
Nº de palabras: 8 166
Rating: PG/R
-Resumen: Chanyeol es un estudiante universitario que pasa por una crisis familiar. Su madre quiere casarse por tercera vez y él se niega a ver un tercer divorcio. Todo cambia desde que conoce a Kai. Él le enseñará a divertirse, a disfrutar de la vida y desde entonces, Chanyeol no podrá evitar cuestionarse sus inclinaciones sexuales. Sin embargo, lo peor de todo no es que Kai lo atraiga, sino que es el hijo de Bobby, el novio de su madre, y por lo tanto, su futuro hermano.
-Advertencias: SEXO/Yaoi :DDDDDD
-Nota: me inspiré en las canciones Tu vas me quitter (Soraya Hamas), Can you hear me baby  (Tommy Heavenly) y Can’t remember to forget you (Shakira feat Rihanna) + Wings by Birdy.

CAPÍTULO 2: Nuestro primer secreto

A aquellas horas de la mañana Chanyeol no sabía muy bien qué hacer. Tras ser soltado por el autobús, no hizo más que dar vueltas. Se suponía que debía ir a clase pero tenía cero ganas. Ya había pasado el fin de semana y de nuevo, aquella misma mañana antes de salir, Chanyeol había tenido una discusión con su madre. Era lunes y había pocos estudiantes sueltos por los pasillos de la facultad. La mayoría debían estar en clase. Chanyeol se sentó en el césped y se tumbó, dispuesto a seguir durmiendo ya que su madre parecía empeñarse en no dejarle hacerlo en casa. Chanyeol no había salido con ella de nuevo, ya que siempre todos los planes eran para quedar con Bobby. A Chanyeol se le hervía la sangre solo de pensar en él.

Sunlight comes creeping in

Illuminates our skin

We watch the day go by

Stories of all we did

It made me think of you

It made me think of you

Mientras descansaba tumbado sobre la hierba, disfrutaba de aquella canción que le gustaba tanto y que conseguía transportarle a otra dimensión cuando la escuchaba en sus auriculares. Chanyeol permanecía con los ojos cerrados. Notaba el sol sobre su rostro, se sentía cómodo y por fín relajado cuando de repente una sombra lo cubrió por completo y el sol pareció irse. Él pensó que podía ser una nube, pero tal idea se deshizo rápidamente una vez escuchó una risa conocida. Chanyeol abrió los ojos.

—Eh tú…échate a un lado que no me dejas sitio— Kai estaba allí de pie, mirándole sonriente como si nada hubiera pasado entre ellos dos. Como si Chanyeol no le hubiera hablado de malas maneras y hubiera salido escopetado de su casa el pasado viernes. Este último frunció el ceño y lo miró con dificultad debido a la luz del sol que de nuevo volvía a caer en su rostro al Kai moverse hacia un lado.

— ¿Qué haces aquí?—le increpó.

—No sé por qué pero sabía que andarías por estos lares—Kai sonrió malicioso pero cambió rápidamente a una expresión despreocupada— He venido de paso y mira por donde, me fijé que había un alargado espárrago tostándose al sol. Me acerco más y resulta que no es un espárrago común sino que eres tú, así que aquí estoy. Protegiéndote del sol— Kai acaba de sentarse y con una mano alzada para cubrir del sol la cabeza del atento Chanyeol quien miró al suelo aun con el ceño fruncido. Se quedaron callados unos instantes. Kai esperaba una respuesta y Chanyeol meditaba qué tono debería ser el adecuado para hablar.

—¿Por qué te molestas en hablar conmigo, Kai? Después de lo que te he dicho no te ha quedado claro que… —dijo finalmente.

—A ver Chanchan, ya lo sé, ya me lo has dicho ¿Y sabes qué? quiero entender porqué no quieres que seamos familia. Pero aunque quizás a ti no te haga ilusión, a mí sí me gustaría ser tu amigo al menos, así que te propongo algo: ahora te vienes conmigo a ver los ensayos de mi grupo de baile, y luego nos vamos a almorzar por ahí y me puedes contar todo. Como amigos. Tú luego puedes decidir si quieres seguir viéndome ¿Vale?— Kai lo miraba directamente a los ojos. Chanyeol le mantuvo la mirada y tras dar un fuerte suspiro accedió. No lo entendía pero con Kai todo funcionaba así: no tenía más voluntad que la del otro. No servía pensar, tan solo era capaz de ceder y pensárselo dos, tres, cuatro veces… pero al final siempre cedía como si sus impulsos fueran controlados por unas cuerdas invisibles.

Tras un corto paseo ya estaban dentro de la sala de actos. Chanyeol tuvo que admitir que nunca había estado allí. Kai muy sonriente le presentó a su grupo de amigos. Mientras intercambiaban una conversación llena de preguntas sobre estudios y gustos, Chanyeol se fijó en que todos los chicos allí presentes eran esbeltos y que exhibían ropas de estilos muy diferentes, algunos eran transgresores pero la mayoría muy urbanos y modernos. Con ropas holgadas y camisetas de diversos motivos y estampados los chicos se fueron colocando bajo las instrucciones de Kai que pronto encendió un equipo de música.

Chanyeol, sentado en una butaca al fondo observó callado cómo se preparaban. La música empezó a sonar al minuto uno y en completa sintonía, cada componente se movió seguido de los demás. La canción estaba en francés, se titulaba Papaoutai, y su cantante y compositor no mucho después descubrió que se llamaba Stromae. Chanyeol aunque admiraba la capacidad de todos para moverse con tanta gracia y precisión, si miraba a alguien en especial era a Kai. Definitivamente era el mejor, el que más vivía el baile, el más expresivo y más pasional de todos. Chanyeol mientras lo miraba, sonrió maravillado por su baile y para su mayor sorpresa, se topó con que Kai lo miraba y le devolvía la sonrisa a intervalos de forma maliciosa. Chanyeol tragó saliva turbado e intentó enfocarse en otros bailarines. Pero era difícil la tarea.

De nuevo sus ojos terminaban posados en la figura de Kai quien se mordía el labio, entreabría la boca, suspiraba y apretaba los dientes mientras forzaba su cuerpo al máximo con complicados movimientos de cada una de sus extremidades. Chanyeol sin poder remediarlo sintió que el ritmo de la canción se adueñaba de su cabeza, sentía el compás y mientras movía el cuello y tarareaba se fijó en que Kai también tarareaba. Sin embargo, debía conocerla a la perfección porque sus labios gesticulaban cada letra en el mismo instante en que sonaba en la canción.

A cada golpe de percusión, un movimiento perfecto de pie o manos le acompañaba y convertía  aquello en una coreografía grupal que se movían como uno solo lo cual, lo hacía aún más impresionante el baile.

La canción terminó y Chanyeol sin pensarlo, se había levantado y estaba aplaudiendo muy contento y sonriendo además. Kai se rió con dulzura y cierta timidez. Sus compañeros hicieron reverencias y se acercaron a hablar con Chanyeol. Este con leves reverencias les dedicaba elogios.

—Mucha Filología Hispánica pero ahí donde lo veis en verdad Chanyeol también tiene madera para ser un bailarín—advirtió orgulloso Kai. Sus amigos reaccionaron haciéndole muchas preguntas ya que estaban muy interesados por ver qué era capaz de hacer.

Justo en aquel instante alguien nuevo se integró al grupo cortando el buen ambiente reinante al instante. Primero saludó a uno de los bailarines y luego reparó en Kai y Chanyeol. Este último endureció el gesto al ver que se trataba de Sehun que llevaba ropa deportiva. Avanzó hacia ellos hasta que se colocó ante Chanyeol. Iba solo pero no por ello, Kai se confió y siendo muy rápido se posicionó al lado de Chanyeol en actitud protectora.

—He venido por las clases de baile y… porque quería disculparme. —Sehun se tomó una pausa que pareció causar el efecto deseado. Kai pareció relajarse. —Al principio no sabía que tú dabas las clases pero, os he visto antes entrar aquí y… contigo en especial me quiero disculpar— Sehun se refería a Chanyeol, a quien tras lanzar un vistazo general, miraba fijamente. Chanyeol muy serio no decía nada. Solo escuchaba, pero estaba tenso como una hoja. En cuanto al grupo de bailarines, todos escuchaban atentos y los miraban expectantes y ciertamente desconcertados al no conocer esa parte de la historia vivida por los tres.

—No estuvo en absoluto bien lo que hice y, estaba bastante borracho y además, los chicos que iban conmigo, si te sirve de consuelo, ahora son mis ex amigos. Supongo que no eran tan buenos amigos después de todo. Lo siento. Siento lo del cuello y la pelea. De verdad— dijo esta vez mirando en dirección de Kai. El rostro de Sehun parecía triste, como si realmente estuviera arrepentido, casi tanto que parecía estar a punto de llorar. Chanyeol seguía sin decir nada y Kai ante el silencio que se había abierto decidió intervenir.

—Bueno, me sorprende que vengas aquí para disculparte y que además quieras aprender a bailar. Quizás me equivoqué contigo y no eres tan gilipollas como me pareciste aquella noche. Así que como hoy me has pillado de buenas, te dejaré que entres en nuestro grupo pero que quede claro que si vuelves a meterte con mi hermano no dudaré en partirte las piernas… —Kai se acercó y lo miró amenazante. Incluso su voz se había endurecido.

—Ah… ¿Sois hermanos? No lo sabía… —Sehun miró a Chanyeol quien a su vez miró contrariado a Kai. — Vaya, entonces, ¿hacemos las paces, no?— Sehun tendió su mano a Kai.

—Sí, claro— Kai no dudó en estrechársela y se sonrieron amistosos.

Chanyeol ante aquello no se lo pensó dos veces. Se dio media vuelta y salió muy enfadado del lugar. Kai y Sehun lo vieron marcharse. Aún no se habían soltado la mano.

—Disculpa pero voy a ir a hablar con él. De mientras podéis ir conociéndoos todos y esas cosas— afirmó Kai soltándose de Sehun que se lo quedó mirando hasta que desapareció por la puerta principal.

— ¡Chanchan! ¡Espera, hombre! ¡¿Pero qué mosca te ha picado ahora?!

—Uno, no me llames Chanchan y dos, ¿a qué coño viene lo de darse la mano con ese capullo? ¿En serio te has creído ese cuento de que se arrepiente? Yo no, me parecía ver un drama de esos de la tele y no pienso aceptar sus disculpas. Tú puede que seas un hippie de esos de paz y amor por todas partes pero yo no le trago. No después de cómo se portó.

— Ok, lo entiendo, no te llamaré más Chanchan hasta que tú me dejes pero con lo segundo… ¿por qué te gusta tomarte las cosas tan a pecho? Yo creo que realmente se ha echado atrás y encima, ha venido solo. Me da la impresión que se ha quedado sin amigos. Vamos, Chanyeol… no te pido que hagas las paces con él si no quieres, estás en tu derecho pero al menos ven conmigo a comer…porfa… — Kai fruncía las cejas y estaba poniendo pucheros. Chanyeol incrédulo pestañeó. Aquello era jugar sucio y después de que aceptara, quedó claro como el agua que Kai parecía disfrutar teniendo el poder que ejercía sobre él. Nada más decir ‘sí’ había hecho un gesto de victoria y con una sonrisa radiante pasó un brazo sobre los hombros de Chanyeol y se encaminaron en una dirección diferente. Chanyeol no había abandonado sin embargo su expresión severa. Finalmente tras pensarlo mucho volvió a hablar:

—Una cosa más… ¿por qué has dicho que somos hermanos?— se paró para mirarlo a los ojos.

—Oh… era para hacerle sentir peor, no sé, supongo que así nunca más se le ocurrirá tocarte el más mínimo pelo. Después de la tunda que le di, más le vale ¡jaja!— afirmó Kai liberándolo de su brazo. Kai empezó a bajar unas escaleras y Chanyeol lo siguió con el ceño fruncido aún. Bajaron juntos por una acera en busca del coche que estaba aparcado no muy lejos de allí.

Envueltos en un olor a patatas fritas y helados de nata, Kai y Chanyeol terminaron sentándose en un McDonald situado en un centro comercial. Ya tenían consigo su pedido y Chanyeol fue el primero en empezar. Realmente estaba hambriento. Devoraba con ansiedad su hamburguesa y patatas bañadas en kétchup. Por otra parte Kai se había pedido una ensalada y agua. Chanyeol con la boca llena de salsa y los carrillos llenos de comida, reparó en los atentos ojos de Kai quien empezó a reírse por su aspecto.

— ¡Pareces un hámster Jajaja!— decía retorciéndose de la risa.

—Y tú pareces tonto, comiendo ensalada en McDonald… ¿qué pasa estás a dieta o qué?

—No realmente jeje pero no siempre puedo comer lo que quiero. Tengo que llevar un régimen de comidas por el baile. —Explicó Kai.

—Menuda estupidez…

—A veces yo también pienso eso pero qué se le va a hacer, me gusta mucho más bailar que las hamburguesas. — Kai se encogió de hombros y comenzó a aliñar la ensalada. Luego cerró la caja donde estaba contenida y acto seguido comenzó a agitarla. Chanyeol masticaba mirándolo y una vez tragó, a continuación admitió:

—Me gusta tu estilo de aliñar ensaladas.

— ¿Mola eh?, jeje, ¡buen provecho!— Kai comenzó entonces a devorar su ensalada.

Mientras almorzaban no hablaron de nada en particular, prácticamente cada uno comía a su ritmo y estaban concentrados en no atragantarse. Pero aquello no significaba que no estuvieran pensando sobre qué temas podían hablar. Cuando ya iban por el postre fue cuando Chanyeol notó que Kai tras aclararse la garganta, se disponía a hacerle una pregunta importante:

—Vale, creo que ya es hora de que me expliques porqué no quieres que mi padre sea el novio de tu madre.

—… —Chanyeol tomó aire y entonces se dirigió a Kai mirándole a los ojos— Mi madre lo ha pasado muy mal. Yo no digo que tu padre sea malo pero, ella ha tenido ya dos novios anteriormente y el último la dejó destrozada. Incluso habían hablado de casarse pero al final mi madre descubrió la verdad, y resulta que este tipo era gay y se la estaba pegando con otro del trabajo. Mi madre desde entonces ha desarrollado una especie de odio acérrimo hacia los gays y no la culpo y…

Kai en silencio y muy serio escuchaba a Chanyeol hablar. Algo en su mirada hizo que este último se detuviera y lo mirara inquisitivo.

— ¿Pasa algo?

—No, es solo que… me gustaría saber si tú también odias a los homosexuales, si estás de acuerdo con tu madre.

—En realidad me dan igual, siempre y cuando no me molesten o se me peguen como moscas porque hay algunas locazas por ahí que dan miedo…

—Hoy has conocido a mis amigos y supongo que te habrás dado cuenta que algunos de ellos son gays; de hecho algunos tienen mucha pluma, aunque no es siempre sinónimo de homosexualidad…

—Ya, me di cuenta y… tranquilo, no voy a odiarles ni nada por el estilo. Me caen bien, son respetuosos y simpáticos, pero lo que yo no quiero es que mi madre empiece una relación tan pronto y con alguien a quien apenas conoce. ¿Qué han salido durante tres o cuatro semanas? Se encuentran una noche en una discoteca y esa misma noche le pide salir, y va ella y le dice que sí.

— ¿No crees en el amor a primera vista Chanch…yeol?—Kai aguantó una risita. El nombrado lo fulminó con los ojos unos instantes y luego retomó su línea de pensamientos.

—Pues mira, llámame antiguo pero creo que esas no son formas. No sé, mi madre es muy loca a veces pero no por eso estoy dispuesto a dejar que le rompan el corazón de nuevo. Tu padre es simpático pero no parece el tipo de persona que pueda dar estabilidad a mi madre.

—Entiendo… —asintió pensativo Kai.

El silencio se abría entre ambos de nuevo. Aquello inquietó a Chanyeol que se removía en su asiento expectante por saber la opinión de Kai quien se había quedado pensativo.

— ¿No vas a decir nada?—se atrevió a preguntar al fin. Kai le volvió su atención a él.

—No sé qué decirte…pero creo que al menos deberías darle un voto de confianza a mi padre. Es buen tipo, es un poco loco como tu madre a veces también pero se preocupa por ella. Y estoy seguro que te has dado cuenta de eso. Está todos los días llamándola y le encanta llevarla de paseo, a cenar o simplemente ver una peli en casa. Es mucho más de lo que mi propia madre hizo por mi o por él.

— ¿Tu madre está…?—Chanyeol no sabía qué pensar.

—En el extranjero. Concretamente en Alemania. Se fue con un alemán y nos abandonó. No sé gran cosa de ella, pero su marcha dejó muy tocado a mi padre y la verdad, ahora le veo tan contento e ilusionado que tan solo puedo estar agradecido de que haya conocido a Songhee. Además, tu madre me cae muy bien. Es muy simpática y creo que os parecéis mucho.

— ¿Si?— Chanyeol sonrió incrédulo.

—Por supuesto. Los dos parecéis muy tímidos al principio pero luego sois el alma de la fiesta. —sonrió contento Kai. Chanyeol se rió por lo bajo.

 

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Aquella tarde había pasado muy rápida. Tras dar un paseo por el centro comercial Kai llevó en coche a Chanyeol a su casa y justo antes de que este saliera del coche le hizo una nueva proposición:

—Ey, este domingo hay un almuerzo en mi casa. Si quieres venirte, siempre serás bienvenido y…

—Vale, ya veré si puedo ir. Ciao—Chanyeol con prisas había salido de coche y cerrado la puerta sin mirar atrás. Kai agachó la cabeza para mirar por la ventanilla de la puerta que acaba de cerrar Chanyeol que como de costumbre ya empezaba a huir. — ¡Habrá barbacoa! ¡Y!— alzó el tono— como veo que te gusta el baile… — Chanyeol se había detenido al escuchar ‘‘baile’’ y se giró. Lo miraba intrigado en la distancia. Kai sonrió victorioso asomándose por la ventanilla del conductor.

—Si quieres puedo darte clases particulares. Puedes venir a los ensayos de hecho. Son lunes, miércoles y jueves. Así que, ¿cuándo será la próxima vez que nos veamos? ¿Este miércoles o el domingo?— Kai sonreía divertido. Chanyeol intentaba no sonreír.

—Seguramente el domingo— arrugó los labios intentando parecer serio. Ni siquiera miraba a Kai al decir aquello. Su mirada estaba perdida en el horizonte en algún punto.

—Mentiroso… —en la voz de Kai había cierta malicia—Te veré el miércoles, ¡saluda a tu madre de mi parte!—sonrió Kai gentil volviendo a mirar la carretera mientras agarraba el volante. Chanyeol sonrió divertido y volvió a retomar sus pasos mientras a sus espaldas el coche de Kai arrancaba. Antes de entrar en su portal, Chanyeol dedicó una última mirada a aquel coche y sonrió para sí.

Aunque no quisiera admitirlo se sentía ilusionado de saber que volvería a ver a Kai muy pronto. ¡Y encima clases particulares de baile! ¡Quien se lo iba a decir que terminaría aprendiendo a bailar con aquel chico!

 

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Que las clases de baile fueran gratis era incentivo suficiente para cualquier aficionado, pero en especial para Chanyeol había una razón que tenía más peso aún. Lo más atractivo de las clases era que fueran impartidas por Kai.

Sin comerlo ni beberlo, se había pasado dos noches y un día pensando en él todo el tiempo: en su forma de bailar, en sus conversaciones, en sus miradas y sonrisas. Chanyeol se sorprendía de sentirse tan desesperado porque llegara de una vez por todas el maldito miércoles. Chanyeol quería creer que Kai era un chico muy amable y abierto, pero había algo en su sonrisa que le transmitía algo más y Chanyeol no podía parar de pensar en lo mucho que le gustaba eso. Chanyeol había llegado a una conclusión, detrás de aquella sonrisa solo podía esconderse dos cosas: o Kai se reía de él o estaba ligando con él. Chanyeol mientras se encaminaba hacia el salón de actos pensó que quizás aquel día lo descubriría; que quizás Kai cambiaría su forma de ser, y lo trataría peor, o simplemente no le prestaría tanta atención. Chanyeol nada más entrar y ver a Kai, aunque este le saludó muy sonriente, Chanyeol decidió poner a prueba a Kai. Iba a comportarse lo más borde posible. De esta manera, saldría de dudas sobre su ‘peculiar amabilidad’.

—Hola— con aquella palabra escapando en un áspero tono pasó por su lado y llegó hasta el resto de compañeros que le dieron la bienvenida y con quien, al contrario, si se comportó sonriente y atento. Kai alzó las cejas un tanto sorprendido pero conforme se encogía de hombros, se aproximó hacia el grupo donde aquel día también estaba integrado Sehun. Este saludó a Chanyeol con la mirada y un gesto de cabeza que Chanyeol simplemente ignoró.

La canción que tocaba aquel día era Timber de Pitbull con Kesha. Kai comenzó a repartir gorros de vaquero y se dispuso a explicar los pasos. Delante del grupo él realizaba los movimientos con lentitud y todos debían imitarle. Detrás de una cortina que se levantó, había una pared recubierta de espejos. Continuaron practicando sin música una vez todos habían entendido el orden de pasos y a continuación ya con música empezaron a moverse. Chanyeol al mirar el reflejo de Kai se percató de que este le estaba mirando y le sonreía. Apartó la mirada y la dirigió a Sehun que también miraba a Kai. Chanyeol en aquel instante tuvo un presentimiento. Ya conocía la homosexualidad de Sehun. Ahora dudaba de si Kai también podía serlo. ¿Podía estar Sehun interesado en Kai? ¿Y a la inversa? Kai no había dudado en estrechar su mano ni un segundo. Por lo tanto aún con amenazas ahora parecían muy amigos. La pregunta de Kai sobre si odiaba la homosexualidad resonó en su cabeza entonces.

Chanyeol se detuvo aunque la música y sus compañeros seguían. Kai al verlo se giró y sin miramientos, se dirigió hacia él. Chanyeol miró a su alrededor como en busca de ayuda pero al final tuvo que hacer frente a Kai mientras el resto continuaba con los pasos.

— ¿Se puede saber en qué estás pensando? no te veo concentrado Chanchan, el movimiento es así y así—Kai sin reparo alguno lo había agarrado de la cintura y ahora movía sus brazos y manos, llevándolas a su pantalón donde debían agarrarse al estilo cowboy.

—No me llames Chanchan— se quejó sintiendo el enfado acrecentar en su interior.

—Te llamaré como me dé la gana ¿entendido? yo soy ahora el profesor y…

—Y yo soy mayor que tú— le recordó Chanyeol alzando las cejas muy serio. Kai se rió entre dientes.

—Muy bien, yo te llamo Chanyeol pero tú tendrás que hacer bien la coreografía, sino ya puedes irte olvidando de las clases particulares este domingo… —Kai alzó varias veces las cejas y sonrió de lado. Chanyeol contrariado empezó a bailar, sincronizándose con el resto y tras chasquear la lengua y suspirar, advirtió la mirada de Sehun sobre ellos dos. Kai una vez contento con el efecto causado en su alumno retomó su posición anterior y se dispuso a corregir a otro de sus compañeros.

Chanyeol apartó la mirada de Sehun. ¿Por qué le miraba tanto? Aquello le molestaba, pero si tenía algo claro es que no iba a permitir que aquel idiota le aguara la fiesta. Si quería disfrutar de las clases de baile, disfrutaría con o sin un Sehun presente.

 

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Transcurridos prácticamente todos los días de la semana y muchas conversaciones de chat entre Chanyeol y Kai, finalmente el día de la barbacoa había llegado.

Que Chanyeol acudiese, aun con su habitual impertinencia, había sido motivo de alegría para Songhee que con una sonrisa deslumbrante caminaba de un lado para otro ayudando a Bobby con la carne y los demás preparativos y de vez en cuando, dirigía una mirada orgullosa a su hijo que por lo demás parecía haber mejorado su temperamental humor. Chanyeol por su parte, bebía de su refresco mientras miraba por la ventana cómo Kai sin camiseta lavaba el coche con una manguera. No se había apartado la copa de los labios, notaba el hielo en la punta de su lengua, e inmerso en otro mundo que no era el suyo presente, se había quedado embobado mirando el cuerpo semidesnudo y escultural de Kai salpicado de agua. Ignoraba la conversación sobre política y educación que había surgido entre su madre y Bobby a raíz de lo que en la televisión se había dicho. Aunque hablaran muy alto, en aquellos momentos Chanyeol solo tenía ojos y oídos para Kai.

— ¡Park Chanyeol! ¿Puedes escucharme aunque solo sea un momento? Ya sé que te gustaría tener un coche como el de Kai, pero primero deberías sacarte el carnet de conducir. —el nombrado había salido de su ensimismamiento y tenía ganas de reír al pensar en el comentario sobre el coche—Ahora, me puedes decir qué prefieres: ¿hamburguesa de ternera o pollo? —su madre lo miraba expectante. Chanyeol apartando el vaso lleno de zumo se relamió los labios y dio una respuesta:

—Ternera.

— ¡Por fin! aleluya… cariño, ha dicho ternera.

— ¡Marchando una de ternera!— alzó la voz Bobby que llevaba puesto un delantal y estaba cocinando la carne sobre una plancha de grill.

Chanyeol volvió a mirar por la ventana pero allí ya no estaba Kai.

—Yo quiero pollo papá, ¡oh! ¡Gracias!— Kai acababa de entrar, húmedo, con el pelo chorreando y para más inri, le había robado a Chanyeol su zumo y se lo estaba bebiendo con una sonrisa mientras se alejaba hacia las escaleras para ir a cambiarse de ropa.

— ¡Ey tú…!— Chanyeol lo siguió.

Tras una trepidante carrera finalmente Chanyeol recuperó su vaso y se vengó: tirándole del pelo. De esta manera, se dio por satisfecho pero no pudo evitar hacer una mueca al ver que no podía beber más porque ya no quedaba más zumo dentro del recipiente. Kai mientras se quejaba dolorido del tirón, empezó a secarse con una toalla que había robado del baño de la primera planta. Chanyeol apartó la vista y decidió concentrarse en algo que no turbara tanto su estado de ánimo como ver semidesnudo a Kai restregándose una toalla por el pecho y el cuello. Puesto manos a la obra, se decidió a mirar fotografías y también abrir los cajones del escritorio de Kai. Kai lo miraba entretenido sin aparente intención por detenerlo en su tarea de maruja. Fue entonces que Chanyeol encontró una foto suelta que realmente lo dejó intrigado.

En aquella foto salían Kai, su padre y otro hombre. Su padre y el desconocido posaban abrazados de una forma demasiado cercana para tratarse de hombres y por sus rasgos bien diferenciados, era imposible que fueran parientes. El otro hombre tenía rasgos africanos. Chanyeol que se había levantado de estar sentado en la mullida silla de Kai ahora se había acercado a las cortinas de la ventana y a la claridad de la luz diurna para apreciar aquellos rostros sonrientes. Por la calidad, la foto no debía ser muy antigua.

—Kai, ¿quién es este hombre?— preguntó con temor en la voz.

—A ver— el nombrado se acercó y posó su barbilla sobre el hombro de Chanyeol.

—Oh… es un… amigo de mi padre, bueno ya no. — Kai que había acercado demasiado su pecho desnudo contra la espalda de Chanyeol, hizo que este se quedara rígido. Kai tras terminar de hablar se volvió con normalidad y se puso una camiseta que extrajo de debajo de la almohada de su cama. Aquella debía ser una camiseta para dormir. Chanyeol se quedó un momento embobado pensando en lo suave que parecía hasta que se fijó en que los pantalones de Kai eran distintos. De repente se detuvo a pensar en su repentina inseguridad en la voz y supo que estaba mintiendo.

—Vale. Ahora me vas a decir la verdad. ¿Quién es este hombre?— sonrió Chanyeol sintiendo cierto poder. Kai lo miró con preocupación.

— ¡A COMER!— la voz de Songhee se escuchaba desde abajo, llamándolos.

—No es nadie que deba preocuparte, pertenece al pasado y ahí se queda. Dame la foto anda— pidió casi riéndose.

—… —Chanyeol tan solo le mantenía la mirada. Kai entonces se aproximó y a escasos centímetros se quedaron mirándose durante unos instantes hasta que finalmente Chanyeol soltó de malas maneras la foto pegándola contra el pecho del otro. Pasó por su lado y antes de salir del cuarto se detuvo y se giró levemente:

—Espero que no tengas que arrepentirte de lo que me has dicho, hermano… —y diciendo esto con desprecio, Chanyeol se dirigió hacia el pasillo con la intención de bajar las escaleras y reunirse con su madre y Bobby para disfrutar de la ‘‘feliz barbacoa’’.

Bajaron a comer y la hora y media que transcurrió a continuación permanecieron muy callados. Los padres de ambos estaban confusos, se miraban sin comprender a qué se debía aquel tenso ambiente. Finalmente Bobby decidió tomar la palabra:

—Chicos, ¿os gusta la comida?

—Sí, está muy buena—sonrió Kai con cierta exageración. Miró de reojo a Chanyeol.

—Sí. —Fue lo único que dijo.

Songhee y Bobby volvieron a mirarse.

—Hijo, ¿va todo bien en las clases de baile? Hoy te noto algo distante—comentó Bobby preocupado por Kai.

—Oh lo siento papá, estoy raro pero es porque es domingo. Días así en los que no tengo gran cosa que hacer me ponen raro y… creo que no soy el único—Kai miró intencionadamente a Chanyeol que al percatarse de su tono, sin miramientos, tras dar el último bocado, se levantó arrastrando la silla, recogió su plato, lo tiró en el fregadero y se fue al salón para coger su mochila bajo la perpleja mirada del resto de comensales. Chanyeol claramente enfadado se encaminaba hacia la salida. Justo en la puerta, Kai le agarró del brazo.

—Chanyeol, por favor, no te vayas así. No montes una escena. No aquí. —Kai lo miraba serio, casi como un padre lo haría. Chanyeol de un manotazo se había soltado y le hizo frente, devolviéndole la más inquisitiva de sus miradas.

— ¿Me lo vas a explicar lo de tu padre?

—Sí, pero en mi cuarto por favor… ven—y diciendo aquello Kai lo agarró de la mano y tiró de él como si llevara a un niño pequeño. Cuando ambos pasaron por delante de sus respectivos padres aún sentados en la mesa, Kai con una mirada supo tranquilizar a su padre.

—Deben ser cosas suyas sin importancia. Iran a hablarlo, no te preocupes cariño—le dijo a Songhee que tenía una mano en el pecho y pretendía levantarse.

Ya en su cuarto Kai sentó a Chanyeol en su cama y lo miró con tranquilidad a los ojos:

—Mi padre rompió con mi madre porque ella le fue infiel. Él tardó mucho en volver a encontrar a alguien y es curioso pero mientras buscaba a ese alguien, descubrió que era bisexual pero no por ello debes pensar que es una especie de chulo que se ha tirado a media ciudad. Solo ha tenido un par de novios y te puedo asegurar, que ahora está muy enamorado de tu madre, Chanyeol. Más de lo que tú crees. —Kai hablaba y trasmitía una perfecta seguridad en sus palabras. Chanyeol apretó las mandíbulas y con ojos brillantes lo miró dudoso de qué decirle.

—Simplemente te diré que la gente que miente me da asco… y que voy a confiar en lo que me estás diciendo. Pero no creas que no voy a prestar atención a lo que haga tu padre. Más le vale que sea sincero, y que le diga la verdad a mi madre.

—Pero Chanyeol, si mi padre le dice a tu madre que es…

— ¡Me da igual! Eso es su problema… y puede que también el tuyo que ni fuiste capaz de decírmelo el otro día. Espero que no hayan más secretitos escondidos por ahí. —Chanyeol volvió a coger su mochila y se largó.

 

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El lunes llegó con la desagradable sorpresa de que Chanyeol no asistiera al ensayo. En lugar de hacerlo, había esquivado a Kai como pudo y se había recluido en la biblioteca de la facultad. Sin embargo aunque evitase su coche, sus llamadas y mensajes de whatsapp, e incluso pasar cerca del edificio. Kai tenía el maldito don de dar con él al final siempre.

—Te he estado buscando por todos lados. Tengo que hablar contigo— soltó la mochila del gimnasio encima de la mesa. Haciendo ruido y llamando la atención de los que estudiaban sentados a aquella mesa con forma cuadrada abierta en el medio y llena de linternas de tungsteno.

— ¿Has venido a contarme más secretitos?—Chanyeol no despegó la mirada del libro que siquiera era capaz de leer teniendo a Kai al lado.

—Chanchan… no me calientes. —Kai sonó enfadado.

— Primero: no me llames Chanchan y segundo: este no es el lugar más apropiado para hablar.

—Muy bien, pues vayamos a otro sitio. —Kai cogió su bolsa y cerró el libro de Chanyeol y tirando del brazo de él lo obligó a levantarse. Chanyeol con los ojos muy abiertos se dio cuenta de que algunas personas los miraban marcharse. Chanyeol muy turbado se sacudió del agarre de Kai y ajustándose la mochila a la espalda anduvo por delante de él en dirección a la salida. Una vez fuera se dirigieron a una heladería cercana para hablar.

—Primero, disculpa que te haya llamado Chanchan. Segundo, ser bisexual no significa que ande con todo el mundo. Mi padre puede ser muy serio y él, ya te lo he dicho, va en serio con tu madre. Ser bisexual no es sinónimo de hacer daño a los demás porque te recuerdo, mi madre misma era muy hetero y al final hizo daño también a mi padre. Chanyeol, lo creas o no, mi padre quiere sentar cabeza, y lo quiere hacer con tu madre—Kai había alzado un poco su voz. En ningún momento sonreía, pero tampoco parecía enfadado. En aquellos momentos parecía más bien dolido. Chanyeol no decía nada. Todo aquello lo estaba mareando, le estaba incluso dando dolor de cabeza. No había siquiera probado el helado cuando se llevó las manos a la frente y se masajeó la cabeza intentando relajarse.

—Kai… todo esto… me está superando un poco y la verdad ahora no me encuentro bien…

—Bueno, pues te llevo a tu casa. Pero ¿comprendes la situación Chanyeol? Nada de lo que se está haciendo va en tu contra. Yo nunca he pretendido mentirte. Pero claro me dices eso de tu madre, y sabes mi primer reacción fue decírtelo pero… —Kai se veía nervioso. Chanyeol no le miraba, seguía tocándose la cabeza, intentando disipar sus preocupaciones. Kai suspiró.

—Venga, vamos… —Kai se levantó y con calma tiró de Chanyeol y lo acompañó hasta su coche. Mientras conducía no volvieron a sacar el tema. Chanyeol tenía los ojos cerrados. No tenía buen aspecto. Kai lo miraba de reojo preocupado.

Finalmente el trayecto terminó cuando Kai encontró una plaza de aparcamiento no muy lejos del piso de Chanyeol. Anduvieron juntos y al llegar al portal Kai se quedó mirando un coche que estaba aparcado en frente.

— ¿Mi padre está aquí?—frunció el ceño confuso. Chanyeol no reparó mucho más en el coche. Estaba deseoso de meterse en la cama, tomarse una pastilla y dormirse. No tenía ganas de nada más. Subieron en el ascensor evitando mirarse y justo cuando Chanyeol abrió la puerta de su casa, efectivamente Bobby estaba allí con su madre. Songhee al ver a Chanyeol y Kai juntos se puso muy contenta. Pero el motivo de su dicha era otro mucho más especial. Songhee había corrido al encuentro de su hijo y sin más preámbulos le estampó sendos besos a los dos lados de la cara y lo abrazó como si no lo hubiera visto en años. Chanyeol mareado y con los ojos entrecerrados la miró sin comprender.

—Hijo mío, ¿adivina qué? ¡Bobby me ha pedido que me case con él! ¡Mira!—mientras alzaba la voz como una adolescente en un concierto, acercó la mano donde un brillante anillo de oro blanco con una piedrecita fulgurante en el medio. Songhee desbordaba alegría, sonreía como si no hubiera un mañana y su hijo sin embargo tan solo pudo abrir los ojos extremadamente y sin decir nada. Kai detrás de él había sonreído contento. Bobby los miraba orgulloso. Sin embargo Songhee no tardó en notar que algo no iba bien. Su hijo no parecía inmutarse.

—Chanyeol… ¿es que no vas a felicitar a tu madre?—Songhee había dejado de sonreír, en sus ojos se leía el miedo al rechazo. Chanyeol con una dura expresión negó con la cabeza varias veces en silencio y retrocedió un paso. Su madre lo había soltado y muda de la impresión lo miraba con la boca entreabierta.

—No puedes casarte con él…Él no te merece mamá… es un extraño…¡¡Y NO LE CONOCES!!

De forma inesperada Chanyeol gritó con todas sus fuerzas frente al rostro de su madre y esta acto seguido le respondió dándole un fuerte tortazo que le hizo girar la cara. Aquella mejilla comenzó a sonrojarse rápida y los dedos de su madre se encendieron como palpitantes llamas. Con las lágrimas saltadas Songhee alzó un dedo tembloroso para dirigirse a su hijo:

—Esta es mi vida…es mi decisión…y tú no eres nadie para decirme con quién debo casarme…

Chanyeol que se había llevado una mano a la mejilla herida sonrió con tristeza y la miró rápido:

— ¡Eres una egoísta! —gritó con lágrimas corriendo por sus mejillas y a continuación, como otras veces Chanyeol abandonó el lugar pero esta vez para encerrarse en su cuarto tras dar un fuerte portazo. Bobby con los labios apretados y gran pena en la mirada avanzó para envolver en un abrazo a Songhee que empezó a llorar desconsolada. Bobby intentó calmarla pero sabía que lo mejor para ella era despejarse. Por esto, la llevó hacia la puerta donde aún estaba Kai de pie, con el alma en vilo y el corazón acelerado.

—Será mejor que te encargues de él… Chanyeol no es mal chico pero, ya sabes tiene mucho carácter y necesita un apoyo. Quédate con él. Yo esta noche me llevaré a Songhee a nuestra casa. Cualquier cosa que pase o que necesites llámame por favor… —Bobby con tono sepulcral habló y acarició uno de los hombros de Kai que en pocos minutos quedó solo cuando la puerta se cerró a sus espaldas. Kai tomó aire y armándose de coraje y tranquilidad avanzó con tiento hasta llegar al cuarto. Pegó varias veces.

— ¡Lárgate! ¡Déjame solo, joder!— se escuchó gritar entre sollozos desde el interior. Kai decidido no iba a hacerle caso. Abrió la puerta y cerró tras de sí. Estaba anocheciendo y por ello apenas había luz en el cuarto. Chanyeol de rodillas tenía el rostro hundido entre sus brazos que había cruzado sobre la cama. Kai se sentó a su lado en el suelo y para consolarlo comenzó a acariciar su espalda, pasando su mano de arriba hacia abajo y deteniéndose a masajear sus hombros o sus brazos. Chanyeol no paraba de llorar, parecía un niño pequeño angustiado que lloraba con todas sus fuerzas. Kai se acercó más, acarició su cabeza, peinó el cabello en su nuca y seguidamente posó una mano en su pecho que empezó a masajear con movimientos circulares. Chanyeol milagrosamente empezó a calmarse. Kai al poco rato paró y lo miraba por encima de su hombro expectante.

—Kai… —Chanyeol se había girado levemente y lo miraba de reojo. Estaba rojo de llorar con tanta fuerza, con las mejillas mojadas y su voz sonaba un poco nasal pero tan grave poco siempre.

— ¿Sí?—Kai lo miró impaciente y muy preocupado, prácticamente lo estaba abrazando, sus manos no se habían movido de los costados del cuerpo de él.

— ¿Puedes seguir…haciendo eso…?—Chanyeol con gran inseguridad y casi un hilo de voz le estaba pidiendo que continuara. Kai tardó unos segundos en entenderlo pero no tuvo reparos en volver a colocar su mano en su pecho y volver a acariciarlo allí. Chanyeol cerró los ojos, su respiración se volvió irregular. Kai empezó a tocarlo diferente. Sus dedos antes sobre la tela de la blusa de Chanyeol pasaron a estar debajo de esta al introducirlo entre los botones. Sus yemas tocaron la piel del otro y pasaron cerca de sus pezones para finalmente rozarlos, para seguir frotándolos al igual que el resto de su pecho. Chanyeol reaccionó girándose y sus respiraciones se encontraron. Con ojos entrecerrados ambos percibieron la excitación y el deseo del otro. Chanyeol miraba los labios de Kai y este último no aguantó los deseos de besarle. Chanyeol exhaló un gemido que se fundió en el choque de sus lenguas. Kai besaba muy bien, sus labios eran tiernos, subyugadores, casi dulces. Kai notaba que Chanyeol no oponía resistencia, y por ello no dudó en continuar besándolo mientras sus manos subían de su pecho al cuello. Chanyeol apresó su rostro entre sus manos y sentado notó que Kai se ponía de rodillas sobre él. Suspiraron entre besos. Chanyeol pasó una mano por el cuello de la camisa de Kai para tocar su espalda. Kai se quitó entonces la chaqueta y regresó al pecho de Chanyeol para levantar la camisa. Chanyeol entre jadeos soltó la boca de Kai que bajó rápida hasta donde sus dedos volvían a excitar sus pezones. Esta vez, Kai pasó a usar su lengua y sus labios. Lamió sus pezones con insistencia, los apretó con delicadeza entre sus incisivos y sus labios. Chanyeol gimió excitado pasando desesperado sus manos por la espalda de Kai, arrugando su camisa y luego en su cabeza revolviendo su pelo. Kai volvió a enfrentar su rostro al de él y entre nuevos besos lo agarró de la cadera, ayudándolo a levantarse para tumbarlo sobre su cama y apresarlo con su propio cuerpo. Entre jadeos, continuaron besándose pero Kai con una mano rápida, desabrochó los pantalones de Chanyeol y los bajó al mismo tiempo que su ropa interior. Chanyeol gimió excitado ante aquello, apretando los párpados al sentir aquella misma mano acariciar impaciente su sexo. Kai se despidió momentáneamente de su boca para bajar hasta la ingle de Chanyeol y otorgarle una nueva tarea. Chanyeol al notar sus labios cernirse sobre su pene, engullirlo y lamerlo con pasión, lo hizo arquear su espalda y explotar en una serie de gemidos casi dolientes y otros realmente ardorosos. Kai saboreando su sexo y deleitándose con sus formas proporcionándole las mejores caricias y atenciones consiguió que Chanyeol en pocos minutos se percatara de que su orgasmo no iba a tardar en derramarse.

—Kai…. Kai… ah…. —aun siendo incapaz de decirlo con palabras, se agarró a la cabeza de este, lo miró en plena acción y aquella visión fue suficiente como para catapultarlo a uno de los más sublimes éxtasis que había experimentado jamás. Kai estaba desprevenido pero pudo apartarse a tiempo como para no atragantarse. Terminó de masturbarlo con la mano pero mientras lo hacía se percató que las manos de Chanyeol en su cabeza perdían fuerza y caían fulminadas a ambos lados de su cuerpo. Kai encendió la lamparita de noche y se limpió las manos y la boca con un pañuelo de una caja que había sobre la mesita. Acto seguido se recostó junto a Chanyeol y se dio cuenta de que este estaba tan cansado que se había quedado dormido. Kai acordándose de las palabras de Songhee, con una sonrisa movió a Chanyeol, consiguió abrir la cama y colocarlo dentro no sin cierto esfuerzo dado lo alto que era pero finalmente que tuviera un sueño tan profundo no era tan malo. Kai también agotado se acostó a su lado y se abandonó a un sueño ligero.

Al cabo de una hora aproximadamente, Chanyeol abrió los ojos. Estaba en su cama, la oscuridad era reinante pero a su lado había alguien que lo abrazaba. Chanyeol un tanto asustado se revolvió entre aquellos brazos y pronto una voz suave y familiar actuó como un sedante regalándole palabras conciliadoras:

—Tranquilo pequeño, soy yo…Shhh…Shhh. Todo está bien. Tranquilo… —Kai lo acariciaba, rozaba sus mejillas con sus manos y había encendido la luz para poder mirarlo mejor. Chanyeol estaba temblando, recordaba lo ocurrido y se sentía completamente confuso. Y además, el mareo no parecía haberlo abandonado. Pidió agua con un susurro y Kai de inmediato se levantó y se fue a coger una botella de agua que había en el suelo pegada a la pared. Al hacer esto, Chanyeol se percató que no llevaba ni pantalones ni la camisa, solamente unos calzoncillos que al girarse mostraban una zona colosalmente abultada. Chanyeol con dilatadas pupilas lo miraba impresionado. Kai de pie y quieto siguió su mirada y al darse cuenta del foco de su atención sonrió avergonzado.

—Jeje… lo siento… pero como comprenderás… yo aún no….eh…bebe agua, anda… —Kai se tumbó a su lado y le tendió la botella. Chanyeol bebió sediento y tras soltar la botella en las manos de Kai volvió a tenderse. Kai se lo quedó mirando y sin pensarlo mucho, hizo lo mismo y lo abrazó cubriendo a los dos con la manta. Debajo de esta, su mano acariciaba los brazos y la espalda de Chanyeol. Kai no podía aguantar el silencio y Chanyeol no sabía qué decir, tan solo era capaz de notar la leve punzada de la hinchada entrepierna de su acompañante.

—  Chanyeol… ¿estás bien? ¿Necesitas algo más? Oye… mírame por favor—Kai acariciaba su cara y al final consiguió hacer que el otro lo mirara. Kai a escasos centímetros le sonrió y concentró su mirada en sus labios. —Necesito pedirte algo… por favor…ayúdame… —Kai manteniendo la mirada de Chanyeol tomó una de sus manos y la llevó hasta su paquete. Chanyeol se puso rígido, Kai se estremeció al sentir la mano encajar perfectamente sobre la fina tela. Jadeó excitado. —Por favor… ayúdame…ah…te lo ruego… —suplicó obligándole a mover la mano. Chanyeol quería negarse pero mientras empujado movía la mano, se dio cuenta de lo maravilloso que era escuchar a Kai gemir bajo su roce, y verlo entrecerrar los ojos, apretar los dientes, gesticular entre una mezcla de dolor y placer. Kai acercó su boca y comenzó a besarlo guiado por el frenesí, Chanyeol gimió bajo el empuje de su lengua, bajo la insistencia de su mano que había insertado la suya dentro de su ropa interior. Ahora que tocaba su piel Kai gemía entrecortado, débil, rendido a sus tocamientos, Chanyeol se sintió entonces poderoso, que podía hacer lo que quisiera con él. Continuó restregando su miembro en su mano cerrada, Kai por su parte bajó su cabeza y lamió uno de sus pezones a la par que una de sus manos volaba a la entrepierna de Chanyeol y volvía a excitarlo. Chanyeol cerró los ojos y gimió más fuerte, aquello estimuló gratamente a Kai que al borde del delirio, entre jadeos lo llamaba, le pedía más, más rapidez, más fricción. Chanyeol le hacía caso, imprimió más brío, lo masturbó con soltura arrancando los mejores gemidos más desgarradores que jamás había oído, Kai se pegaba a él y también lo masturbaba al límite. Chanyeol gimoteó al sentir que se corría y segundos después Kai hacía lo mismo, sin dejar de mover su mano, ahora más lenta y llena de la esencia de Chanyeol. Con las piernas entrelazadas, Kai de costado y Chanyeol boca arriba, quedaron callados, entre suspiros, sudorosos, con la mirada apenas borrosa del esfuerzo. Una vez más tranquilos y con renovado aire en sus pulmones, Kai se incorporó y cogió unos pañuelos de una caja colocada sobre la mesita de noche.

—Toma— le tendió uno a Chanyeol que lo recogió y acomodó en la punta de su miembro, sin ser capaz de moverse más. Kai se limpió a sí mismo, y sin decir nada limpió la sabana que se había manchado levemente. A continuación bebió agua y tranquilo se tumbó junto a Chanyeol que había terminado de limpiarse y lanzaba el papel hacia la papelera sin hacer canasta. Kai ahora más relajado lo abrazó y ambos sintieron la desnudez del otro. Chanyeol no era capaz de decir nada, aunque sus neuronas funcionaran a toda máquina la vergüenza y la preocupación lo controlaban. Se giró y dio la espalda a Kai quien se pegó aún más a él y continuó pasando un brazo sobre su cintura.

—Chanch…Chanyeol… ¿puedo pedirte una cosa más?

— ¿Qué?—Su tono era áspero.

—Lo siento si esto te disgusta pero… ¿puedo ahora llamarte Chanchan? Es que cada vez que quiero llamarte me sale solo y de verdad, me cuesta no llamarte así…

Chanyeol suspiró cansado.

—Vale…

— ¿Has dicho ‘vale’?—en la voz de Kai era notable su alegría. Lo apretó con suavidad entre sus brazos y hundió la nariz en el hueco entre su oreja y su nuca, allí donde el olor propio de Chanyeol era más puro. Este mismo sentía que Kai lo olía, y aquello lo estremeció e incluso le hizo sonrojarse. Encogido de hombros quiso mirarle pero la vergüenza era mayor.

—K-Kai… estoy cansado. ¿Puedes apagar la luz?—farfulló levemente.

—Claro que sí—Kai debía estar sonriendo. Sonaba alegre. Con un rápido gesto se oyó un clic, y la habitación volvió a sumirse en la oscuridad. Chanyeol suspiró, sintiendo una gran carga en los ojos y en todo su cuerpo. La pesadez de un sueño intranquilo lo esperaba pero entonces, Kai lo volvió a estrechar entre sus brazos, lo besó en el cuello y el hombro varias veces y volvió a olerlo.

—Buenas noches Chanchan…

De espaldas Chanyeol intento aguantar una sonrisa pero no tuvo mucho éxito. Sedado por la ligereza que aquel abrazo le aportaba, cerró los ojos y se abandonó al sueño que a diferencia del usual, por fin iba a ser tranquilo y reparador. No sabía si exactamente se debía a Kai, pero si tenía algo claro era que dormir con él era lo más cómodo y agradable que había probado en la vida.